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La economía de fichas es una técnica para motivar a las personas a realizar determinadas conductas o tareas, y se basa en la administración de refuerzos inmediatos (con la forma de fichas o vales) que se intercambian posteriormente por auténticas recompensas. Las fichas se consideran reforzadores generalizados, y su posesión sirve para comprar las auténticas recompensas. La economía de fichas se basa en el condicionamiento operante. La economía de fichas es una técnica que se ha utilizado con éxito en distintas instituciones y con distintas poblaciones (en colegios, en centros de salud y hospitales mentales, en centros de reeducación, en centros penitenciarios...). Una de las condiciones más importantes para que la técnica resulte viable es, curiosamente, la implicación del personal encargado de suministrar los reforzadores generalizados.

En centros docentes se ha utilizado para mejorar las conductas relacionadas con el comportamiento social, para desarrollar destrezas propias de técnicas de estudio, y también para destrezas relacionadas con el aprendizaje de áreas o materias.

La implantación de un sistema de economía de fichas requiere varias etapas: muestreo, establecimiento y desvanecimiento.

1) Fase de muestreo.- Esta fase establece la ficha como reforzador generalizado y, por tanto, como valor para el intercambio con los auténticos premios. hay que explicar al alumnado (si estamos en una institución educativa aplicando este sistema) como funcionan las fichas y se puede proceder a dispensarlas de forma gratuita (sin necesidad de la emisión de la conductas o conductas establecidas como meta), para que pueda comprobarse y probarse su valor de intercambio (es decir, que el alumnado puede intercambiar alguna de las fichas regaladas por auténticas recompensas). En esta primera fase, el intercambio se aconseja que se haga de forma muy próxima a la dispensa de las fichas (para que se pueda comprobar la eficacia de las mismas).

2) Fase de establecimiento.- En esta fase ya sólo se entregan las fichas de forma contingente (concomitante) a la emisión de las conductas pertinentes. A la dispensa se le acompaña de refuerzo verbal, de alguna frase elogiosa, e incluso de alguna explicación de por qué se le entrega la ficha. A medida que el sistema avanza en el tiempo la entrega de fichas se va produciendo de forma menos continua con respecto a la emisión de las conductas. En lenguaje más técnico, se puede decir que la entrega de fichas sigue primero un procedimiento de razón fija (emite la conducta se entrega la ficha), después un procedimiento de razón variable (se entrega la ficha cada cierto número de conductas emitidas), y después un procedimiento de intervalos variables (se entrega la fichas dilatando el tiempo y las conductas emitidas). Cada vez se hará más necesario que se emitan más conductas para la dispensa de las fichas.

3) Fase de desvanecimiento.- Cuando las conductas llegan a formar parte del repertorio habitual del alumnado se procede a una retirada progresiva de la entrega de fichas, y en vez de dispensarse éstas se pasa a dispensar reforzadores naturales del medio: desde dar las gracias, puntuar y evaluar positivamente, asentir con gestos... Se ha aumentado el tiempo entre las entregas de fichas, primero, y después se ha pasado a las alabanzas sociales naturales, los agradecimientos y el reconocimiento verbal.

A continuación se va a proceder a contemplar los apartados de un sistema de economía de fichas. El ejemplo (el contexto) que se va a seguir va a ser el de una escuela deportiva (con jóvenes alumnos y alumnas), a la que se quiere dotar de valores deportivos (con conductas favorables como saber perder, competir noblemente, divertirse con el juego...) propios de la recreación deportiva (no de la competición deportiva profesional). Pueden ser valores también muy adecuados para las clases de Educación Física. Los apartados, por tanto serían:

· Las conductas a fomentar.

· Las recompensas finales.

· El reforzador generalizado (la ficha).

· Los dispensadores de fichas.

· El lugar y el momento del intercambio de las fichas por las recompensas.

· El período de tiempo que va a implantarse el sistema.

1) LAS CONDUCTAS A FOMENTAR.- Deben quedar claramente establecidas y deben estar formuladas de forma sencilla. Las conductas que queremos desarrollar en nuestros deportistas pueden partir tanto de la previa existencia de las conductas contrarias, como de la simple no existencia. Es decir, si queremos que una de las conductas a conseguir sea la de felicitar al contrario cuando nos ha batido en el terreno de juego, será porque o bien esta conducta no se ha dado en el pasado (no existe en el repertorio de nuestros deportistas) o porque, incluso, en el pasado se han mostrado enfadados por tal hecho. La conducta propuesta debe estar claramente presentada, por ejemplo: “Dar la mano al contrario y pronunciar claramente enhorabuena”.

No es conveniente pretender implantar o someter al régimen de economía de fichas demasiadas conductas. Hay que aclararle al grupo de deportistas el tipo de conductas que va a ser premiado. También se les puede decir que si emiten conductas contrarias a las esperadas –conductas contrarias a las que se espera conseguir con el sistema–, se les puede retirar algún reforzador generalizado (alguna ficha).

Son conductas bien especificadas las siguientes: “Recoger, transportar y guardar el material deportivo”, “Detenerse inmediatamente y disponerse a prestar ayuda si sucede algún accidente a un compañero”, “Felicitar cordialmente al vencedor”, “Pedir disculpas por una salida de tono”, “Pasar el balón al compañero”... Cuando alguna conducta no queda bien delimitada es difícil que se llegue a un acuerdo entre el emisor de dicha conducta y el responsable de la dispensa del reforzador generalizado. También puede suceder que se deba aclarar que no siempre se va a dispensar el reforzador, sino que se intentará dispensar cada cierto tiempo (esto es importante según el período en el que nos encontremos, como se verá más adelante).

2) LAS RECOMPENSAS FINALES.- Para que los deportistas estén motivados es necesario que con el intercambio de los vales o las fichas se consigan recompensas significativas. Puede tener que estudiarse y valorarse el impacto de estos premios (golosinas, más tiempo de juego, asunción de otras labores, postales, libros, entradas para el cine, discos, etc.). La economía de fichas necesita de un cierto desembolso económico por parte de la organización.

3) EL REFORZADOR GENERALIZADO.- Es el objeto (ficha o vale) que va a constituirse en el reforzador inmediato de la conducta emitida. Su forma física suele consistir en un vale o cartulina en el que se puede señalar su valor (un vale por un punto, un vale por tres puntos, un vale por cinco puntos, etc.). Estos vales se encuentran en poder de las personas que van a actuar de dispensadores. Estos vales se intercambian por los regalos o recompensas finales, en un lugar y en un momento prefijado de antemano.

4) LOS DISPENSADORES DE FICHAS.- Son las personas que portan los vales y que los emiten a medida que los deportistas van realizando o emitiendo las conductas objeto de la economía de fichas. Cuando el dispensador da una ficha debe hacerlo comunicando su satisfacción por la conducta realizada por el sujeto. Así, por ejemplo, puede decirle: “Muy bien”, o “ Gracias. Toma esta ficha por lo que has hecho”. El valor de este tipo de verbalización es muy importante. Hay que tener en cuenta que se trata de un reconocimiento, lo que en sí ya es reforzador; también hay que contar con que el halago social (dar las gracias, mostrar satisfacción) es positivo en una relación social natural.

5) EL LUGAR Y EL MOMENTO DEL INTERCAMBIO.- Se fija, por ejemplo, un día a la semana, a una hora dada, para poder intercambiar las fichas por las recompensas finales. Se hace necesario hacerlo así para evitar tener que llevar encima las recompensas (por eso se llevan encima las fichas, ya que ocupan poco espacio y son fáciles de repartir).

6) EL PERÍODO DE TIEMPO QUE VA A MPLANTARSE EL SISTEMA.- La economía de fichas pretende conseguir que las conductas entren a formar parte del repertorio habitual del comportamiento de los sujetos. La economía de fichas se implanta en un período previamente determinado, y no se utiliza o se mantiene durante toda la vida del grupo. Se espera que una vez que la conducta se emite frecuentemente y se haga normal en el sujeto, éste no tenga que emitirla por la espera de un refuerzo sino que la emita como parte de su propio comportamiento. Las fases que se contemplan son las anteriormente mencionadas: fase de muestreo, fase de aplicación y fase de desvanecimiento.

La fase de muestreo o de inicio.- Su objetivo es establecer la ficha como reforzador generalizado y dar la oportunidad a los sujetos de poder comprobar su efectividad. Durante esta fase, que no debe alargarse mucho en el tiempo, los dispensadores dan fichas con suma facilidad, incluso regalándolas, para animar a los sujetos a emitir las primeras conductas objetivo y a intercambiar las fichas por regalos.

La fase de aplicación o de establecimiento.- En esta fase, conseguido lo anterior (comprobado el valor de las fichas por los sujetos), se pasa a dispensar fichas sólo cuando se emite alguna de las conductas objetivo, aunque hay que hacerlo de manera continua (cada vez que se emite alguna conducta objetivo). Poco a poco, se puede pasar a dispensar la ficha de forma intermitente (es decir, por ejemplo, cada dos emisiones de alguna conducta objetivo), para llegar a producirse, también poco a poco, una dispensa de fichas con un intervalo mayor. De esta forma, poco a poco, cada vez es necesario emitir más conductas objetivo para alcanzar el reforzador generalizado.

La fase de desvanecimiento o fase final.- Es la fase en la que se ha logrado una tasa de respuestas muy alta, y se emiten las conductas objetivo de forma casi normal. Poco a poco, y no bruscamente, se dejan de dispensar las fichas, aunque no por ello debe dejar de dispensarse otro tipo de reforzadores (el halago, el reconocimiento, etc.). Se trata de conseguir la normalidad o la naturalidad de las conductas.


PROPUESTA DE ACTIVIDADES:

Hay que buscar las siguientes definiciones: MOTIVACIÓN, REFUERZO y CONDICIONAMIENTO OPERANTE.

Hay que buscar en Internet algún artículo sobre la economía de fichas.

Hay que proponer una listado (media docena) de conductas apropiadas para alumnado en un centro docente..